Aunque los tres tipos de daño tienen como origen una afectación provocada por una conducta ilícita, se diferencian en su naturaleza, finalidad y las consecuencias que generan:
• Daño moral
Se produce cuando una persona sufre una afectación a su honor, reputación, imagen, sentimientos o integridad psicológica.
Su finalidad es reparar el sufrimiento o menoscabo emocional causado por actos como la difamación, el acoso digital, la discriminación o la vulneración de la dignidad personal o profesional.
• Daño patrimonial
Consiste en la pérdida económica o material derivada de una acción u omisión ilícita.
Incluye tanto el daño emergente (lo que efectivamente se pierde) como el lucro cesante (lo que se deja de ganar).
Su objetivo es restituir el equilibrio económico de la víctima.
• Daño punitivo
Tiene un carácter sancionador y ejemplar, pues busca castigar conductas dolosas o gravemente negligentes, más allá de la simple reparación del daño.
Su finalidad es prevenir y disuadir la repetición de conductas que afectan no solo a la víctima, sino a la sociedad en general.
En LexDamni & Co., analizamos cada caso para determinar qué tipo de daño puede acreditarse y cuál es la vía más adecuada para obtener una reparación integral, justa y proporcional al perjuicio sufrido.
